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jueves, 3 de febrero de 2011

24: Ni una mirada

Pasaban dos días, dos días en los que Tom y Erika ni si quiera se miraban, cada uno solo se dedicaba a hacer sus cosas, Erika visitaba los centros turísticos mas importantes, mientras que Tom, Bill y Gordon se iban a hacer otras cosas.

-Tom… que pasa que entre tu y Erika ya no se andan peleando?... – preguntaba Gordon quien estaba sirviendo jugo en unos vasos

-no… hemos decidido dejar de pelar… vamos son las vacaciones, necesitábamos un descanso

-descanso?... si ustedes lo dicen…- Bill miraba a Tom con un poco de desconfianza en la explicación del hermano –Bill, que acaso no querías que cambiara mi comportamiento para con Erika?

-si, pero me suena muy extraño que ese “comportamiento” cambiara de un día para el otro…

-como sea… piensa lo que quieras…- respondía Tom quien ya no quería hablar mas del tema, y se tiro en la reposera a tomar sol.

-Erika… puedo preguntarte algo?...- decía Simone, las dos caminaban por una peatonal –que?

-como te sientes al respecto sobre lo que ha pasado con mi hijo?

-Simone… realmente no tengo ganas de pensar en eso, ni en nada relacionado con Tom… si?

-esta bien… no entiendo como haces

-hacer que?

-en la noche estas tan mal por algo… y en la mañana por arte de magia el problema para ti desaparece

-jaja…

-mira, te separaste de Matt, estuviste mal, pero después fue todo normalmente, ahora con Tom… como haces para que después desaparezca?...

-es fácil… no pienses en ello, y con el tiempo lo olvidas

-sabes que cargar con algo mucho tiempo te hará mal en algún momento?

-si… pero para eso falta… solo hay que vivir el momento…

En su cuarto estaba Tom, el reloj marcaba las tres y dieciséis de la madrugada, y el sin poder dormir. Entonces decidió hacer algo que nuca había hecho, ni si quiera podría imaginar que haría. Levantándose fue a tomar de su mesita de luz hojas y un lápiz, se sentó en la cama, y comenzó a escribir…

“…hey, mira esto es tan difícil para decir, que se yo, nunca en mi vida me había sentido así…” escribió, pero hizo un bollo la hoja y la tiro al tacho de basura, y comenzó con otra hoja en blanco, “… Erika, mira, yo se que puedo llegar a ser un fastidio y que lo que te digo no te hace sentir bien, pero entiéndeme, soy un poco lento para estas cosas…” y Tom volvía a hacer lo mismo, tirandola al tacho de basura. ¿Qué escribir? Si al chico parecía no salirle nada bueno de la cabeza… “Dios!!! No puede ser que no me salga una frase linda…”, Tom se levanto de la cama y fue hacia un espejo –deberías pedirle ayuda a Bill…- decía frente al espejo, como queriéndole hablar a otra persona –ah, no, me lo restregaría el resto de su maldita vida…- se responde –entones como pretendes que Erika te entienda?

-que se yo, mejor cállate, que tu también eres yo…

-pero yo no fui el idiota que decidió comportarse mal con ella, fuiste tu, lo recuerdas?

-jaja… si, si, como digas…

-yo sabia que esto pasaría…

-y si sabias por que no lo dijiste?

-tu eres el que actúa, yo solo te aconsejo… soy tu conciencia recuerdas?

-eso no te da derecho… aparte…

-aparte?...

-nada… mejor sigo escribiendo la carta…

-si, escríbele cuando desconectaste los cables del lavarropas para hacer que ella lave la ropa a mano y cuando llamaste a su móvil y te contesto Matt y le dijiste que te había gustado lo de la otra noche…

-estas loco? Me mataría

-te lo mereces… los dos sabemos muy bien que no estabas ebrio cuando hiciste la llamada…

Tom volvió a la carta. Y se paso la madrugada pensando y escribiendo… lo que podía claro esta.

-Erika…- llamaba Simone, la jovencita salía de su habitación junto a Chiquito y con un bolso.

-a donde irán?...- preguntaba Bill quien estaba sentado en el sillón viendo TV –vamos a la playa… quieres ir?...- proponía Erika

-no gracias… iremos con Tom al centro comercial, iremos a comprarle obsequios a los abuelos…

-ok… chau…- las dos se fueron.

Del otro lado, Tom observaba como ellas se iban, aprovecho, y salio de su cuarto, cruzo al de Erika rápidamente, y le dejo la carta sobre la cama…

-Tom!!!...- llamo Bill

-si!... ya voy!!!…- Tom salía del cuarto procurando que su hermano no lo viera

-vamos… que no quiero volver muy tarde, aparte seguro nos quedamos dos años allí…

-jaja tu como siempre, te vas a comprar toda la tienda…- los hermanos se fueron.

La puerta se abrió, ya estaban de vuelta Simone y Erika pero quien entro rápidamente fue el perrito, muy juguetón corrió hacia la cama y se subió, se revolcaba un poco, esperando a que Erika le diese su comida –si, ya voy… espera…- le decía la joven a su mascota mientras tomaba el plato del perro y buscaba el alimento.

-ven, Chiquito!...- gritaba ella, entonces el perro corrió hacia la cocina y fue directamente al plato.

Y en el cuarto la carta había quedado debajo de la cama todo por acción de el inquieto y hambriento animalito…

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